sábado, 13 de octubre de 2012

No estamos solos

Quitar, poner, crear, hacer nuevo lo viejo y dar una segunda oportunidad (una segunda vida) a lo que la había perdido, es lo nuestro. Pero no somos los primeros, antes que nosotros, esta tarea la realizaron otros.

Daniel Swartz
Una personalidad dedicada a esta actividad es Daniel Swartz. Quizá su nombre no os suene, pero si os sonará el apellido que elegiría más tarde: Swarovski.

Sí, Daniel Swartz es el creador de la conocida marca y, aunque puede que os preguntéis por qué hablámos del creador de una marca de artículos de lujo, tiene sentido.

Daniel Swartz nació el 24 de octubre de 1862 en Bohemia (uno de los centros industriales más importantes del vidrio y el cristal). Hijo de un artesano de cristal cortado, empezó a trabajar como aprendiz en la pequeña fábrica de vidrio de su padre. Así es como fue adquiriendo experiencia y destreza sobre el arte de cortar cristales.

Durante la Primera Exhibición Eléctrica en Viena le surgió la idea de crear una máquina para cortar cristal utilizando las nuevas técnicas de Siemens y Edison. En 1892 patentó una maquina de corte eléctrico rápida y precisa que facilitaba la producción del cristal y que daría lugar al comienzo de una nueva era en el mundo del cristal.

Un año después comenzaba a producir su propio cristal, rápidamente demandado en todas partes. Y, en 1895 Daniel, Armand Kosman y Franz Weis fundaban la compañía Swarovski, originalmente conocida como A. Kosman, Daniel Swartz & Co. y abrían una empresa en Tyrol (Austria).


¿En qué nos concierne?

Swatz, como nosotros, era una persona con ganas de aprender y un increíble don: dar vida al cristal. Era capaz de hacer, de un cristal más, algo maravilloso.

Hoy, Swarovski es una marca de lujo que ofrece joyas, gafas de sol, relojes y otros accesorios. Este puede ser también nuestro comienzo.

                                         
Un saludo,

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